¡Buenas tardes a todos! Antes de comenzar, me gustaría agradecer a
los organizadores su amable invitación a presentar mis pensamientos y
trabajos recientes sobre la historia del desciframiento maya, sobre el
estado actual de nuestro conocimiento de la escritura, y sobre las
perspectivas de futuros avances. Este foro también brinda una buena
oportunidad para enfrentar a varios mitos que han surgido sobre el
desciframiento, incluyendo los roles precisos de figuras tan importantes
como el fraile Diego de Landa y el erudito ruso Yuriy Knorozov. Hay
también varios malentendidos sobre la naturaleza de nuestras fuentes,
especialmente el manuscrito indispensable de la Relación de las
Cosas de Yucatán, y unas equivocaciónes sobre la estabilidad de los
cimientos del propio desciframiento maya.
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El primer mito del desciframiento maya es que el fraile Diego de Landa
escribió su manuscrito en España, alrededor del año 1565, como parte
de su defensa contra las acusaciones eclesiásticas de sobrepasar su
mandato cuando condujo una inquisición contra los indios de Yucatán.
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Sin embargo, estudios cuidadosos del manuscrito de John Chuchiak y
Mathew Restall han demostrado que la Relacíon es el trabajo de varias
manos durante los siglos 17 y 18, con varios cambios notables de voz,
de estilo, y de tinta. Como podemos leer en la portada, el manuscrito
de la Relación es "sacada de lo que escribió Diego de Landa", no una
copia precisa de la misma. Sin embargo, Chuchiak y Restall estacan
que la base de la Relacíon es ciertamente uno o más documentos del
siglo 16, algunos de ellos de la mano de Landa, pero ahora es
imposible saber cuáles palabras escribió De Landa y cuáles fueron
proporcionadas por copiantes posteriores o colaboradores anónimos.
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El segundo mito es de Knorozov el genio solitario que, a través de la
buena suerte y mucha persistencia, descifraba la escritura maya sin
ayuda. Pero el mismo Knorozov siempre destacó cómo su
conocimiento de los jeroglíficos egipcios y otros sistemas de escritura
lo prepararon para el desciframiento de la escritura maya, y sus
artículos de los años cincuenta reconocieron cuidadosamente las ideas
de sus antecesores y contemporáneos, como Léon de Rosny y Alfred
Tozzer. Además, siempre destacó la inevitabilidad del desciframiento, y
que simplemente entró en el campo con la preparación adecuada en el
momento oportuno.
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Esta opinión se ve claramente en sus palabras durante una entrevista
con Harri Kettunen en el año 1998, cuando aclaró que "todo lo que el
hombre haya inventado, el hombre puede resolver. Este es mi punto de
vista, siempre ha sido y sigue siendo".
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Merece la pena destacar la opinión de Knorozov sobre la inevitabilidad
del desciframiento maya. En lugar de una sola Piedra de Roseta,
tenemos muchos contextos restringidos que permiten el
desciframiento. El más famoso, por supuesto, es el abecedario en la
Relacíon, que se ve aquí en una foto que me prestó mi colega Bruce
Love. Pero tenga en cuenta que esta página también contiene
evidencia adicional importante, que incluye dos palabras mayas
(CLICK), ambos con explicaciónes, con glosas, y con traducciónes.
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Aquí, en una foto de alta resolución, por la Real Academia de la
Historia en Madrid, también podemos ver que la misma página
proporciona una oración completa aunque breve en jeroglíficos mayas
(CLICK)—es decir, ma' ink'áati o "yo no quiero"—una vez más
incluyendo explicaciones, glosas de signo por signo, y una traduccion.
De paso, se pueden ver claramente la mano de un copiante en la
omisión errónea de la señal de una sílaba en el abecedario (CLICK).
Un caret marca el lugar de omisión, y otro caret y el signo en sí se
proporciona en el margen (CLICK).
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Pero la utilidad de esta fuente para el desciframiento no comienza y
termina con el abecedario. Más de veinte páginas de la Relacíon, de
los folios 34 recto al 43 verso, se nos dan los signos del día maya para
cada día del año calendario, con 18 o más repeticiones de cada signo,
cada uno con cuidadosas glosas en el alfabeto romano. Y, aún más
importante (CLICK), se nos da los glifos de cada uno de los 18 meses
mayas.
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Aquí ustedes pueden ver una sinopsis de las veinte páginas
calendáricas en el manuscrito, con la aparición regular de los signos
del mes cada 20 días.
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Aquí pueden ver todos los 18 meses. Debo resaltar que estos no son
tantos "signos de mes" como palabras mayas, cada una compuesto de
uno a cinco glifos individuales. Cada una está glosada en el alfabeto
romano con el nombre que llevaba en la lengua maya yucateco del
siglo 16. Pero la mayoría de los signos en realidad están escritos en el
lenguaje ch'olano mucho más antiguo del sur. Y cuando el nombre en
Ch'olano se desvía demasiado del nombre en Yucateco, el escribano
anónimo que nos proporcionó esta lista dio indicios sobre la
pronunciación adecuada con glifos adicionales.
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Por ejemplo, por favor noten el primer mes, llamado Pop en el idioma
Yucateco. El nombre Ch'olano de este mes fue k'anjalaw (CLICK), y
esto se puede ver en la forma habitual de este mes en los monumentos
de las tierras bajas del sur. El escribano anónimo yucateco también
escribió K'anjalaw (CLICK) debido al peso de la tradición, pero luego
proporcionó, en la forma de una reelaboración, las sílabas fonéticas
po-po para indicar la pronunciación local deste mes (CLICK). Tradición
y reelaboración, en línea con el tema de nuestro congreso.
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En el caso del segundo mes, llamado Uo en el idioma yucateco, el
escribano anónimo yucateco primero escribió ihk'at (CLICK), la forma
del nombre en el idioma ch'olano del sur, pero luego también agregó el
complemento fonético wo (CLICK) para aclarar la pronunciación local
deste mes. Esta práctica, de la adopción de las tradiciones ortográficas
del sur, al mismo tiempo de la incorporación de las innovaciones
locales, revela la manera en que los hablantes de yucateco
aprendieron a escribir: adoptaron y adaptaron un prestigioso sistema
de los hablantes Ch'olanos del sur.
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Permítanme resaltar que esto no es solo un rasgo aislado y quizás
aberrante del manuscrito de la Relacíon, sino un procedimiento con
una historia larga y distinguida que se remonta al menos al siglo 9.
Podemos averiguar esto muy claramente en las inscripciones del
conjunto de las Monjas en Chichen Itza. Como fue documentado por
Maudslay en el siglo 19, la estructura superior del edificio Monjas
albergaba siete dinteles (CLICK), uno en cada una de las puertas que
miran hacia el este y el oeste, y cinco en las puertas que abren hacia el
norte.
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Todos los dinteles orientados al norte tienen una estructura y un
contenido muy similares, y todos se abren con la misma fecha, lo que
ha facilitado enormemente su estudio, debido a la inevitable erosión y
rotura que cada uno ha sufrido durante los últimos once siglos.
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Aquí están los tres dinteles centrales, donde se puede ver que, cuando
un dintel tiene un signo erosionado, generalmente se puede entender a
partir de uno de los otros dinteles. Por lo tanto, en conjunto, podemos
leer la fecha aquí como 8 Manik 15 Uo, que corresponde al 5 de
febrero del año ochocientos ochenta (880). Con respecto a nuestro
tema, tenga en cuenta que el escribano yucateco del siglo 9 ha escrito
la fecha con un nombre del mes extranjero, Ihk'at, pero
inmediatamente despus proporcionó la traducción a su propio idioma
local, Wo. "Es el día ocho manik', en el quince de Ihk'at, que es Wo'."
Es debido a esta práctica distintiva del norte de Yucatán que tenemos
tantos signos fonéticos en el manuscrito de la Relacíon. Los escribanos
trataron de dar sentido a la ortografía extranjera y traducirla para su
audiencia, y esto requería el uso de más y más signos fonéticos.
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Recopilando todos los signos fonéticos del abecedario, los ejemplos de
palabras, la frase de muestra, y los nombres de los meses,
encontramos que no hay menos de 64 signos silábicos en el
manuscrito. Algunos signos se repiten varias veces, pero hay 34 signos
sílabicos únicos. Dadas 21 consonantes y 5 vocales en el idioma
Yucateco, hay ciento y cinco (105) valores silábicos posibles, y el
manuscrito proporciona casi un tércio deste total.
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Aún más notable, también tenemos varios alógrafos de signos
comunes, que incluyen tres variantes del signo silábico a. Tres, aquí,
en forma de cabeza de un loro, y dos diferentes signos de pico, uno
pico de un loro, y el otro pico de un guacamayo. Hay también dos
alógrafos para cada una de las sílabas u, de k'u, de ma y también de
le. (CLICK once for each.) Debido a esta notable redundancia y
numerosas configuraciones restringidas de texto y glosa en la
Relacíon, podemos estar de acuerdo con Knorozov en que el
desciframiento de la escritura maya era inevitable.
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Aparte del manuscrito de la Relacíon, también hay numerosos pares
restringidos de texto e imagen que debo mencionar. Los códices, por
ejemplo, contienen ejemplos frecuentes de ilustraciones reconocibles
de flora y fauna asociadas con gilfos descriptivos.
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Debido a esto, otros eruditos como Paul Schelhas, Léon de Rosny y
Alfred Tozzer pudieron reconocer jeroglíficos que tenían que significar
pavo, perro, y el número once mucho antes de que Knorozov
comenzara su desciframiento.
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E incluso hoy, con un desciframiento muy bien establecido, todavía
podemos beneficiarnos de los nuevos descubrimientos que asocian
imágenes reconocibles con leyendas jeroglíficas, como en esta taza
que se publicó hace unos años. Mirando esta escena, somos
espectadores de una gran reunión de dioses en el palacio celestial de
Itzamna. Numerosos glifos detallan la propiedad de la copa, el nombre
y origen de su pintor, subtítulos que describen a todos los participantes,
y un diálogo entre el rey de los dioses y los seres que ha convocado.
Pero ahora quiero llamar su atención hacia la parte inferior derecha,
donde tres funcionarios registran diligentemente los procedimientos.
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Estos animales casi caprichosos llevan la ropa de cortesanos, y su
manejo de libros y de listas de números indican que eran escribas y
contadores. Cada uno también es claramente reconocible como un
perro, un zarigüeyo, y un zopilote. El perro parece estar ladrando, el
zarigüeyo consultando a un códice y el zopilote contando. ¡Me parece a
propósito que el zopilote sea el contador! El punto es que, si no
hubiéramos conocido las palabras para perro, zarigüeyo, o zopilote
antes del descubrimiento de esta copa, nos las habríamos dado aquí.
Hay cientos de pares de texto e imágen similares en el arte maya, cada
uno de ellos fortalece enormemente el desciframiento, y cada uno de
ellos aumenta nuestra apreciación de su inevitabilidad.
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¿Cómo comenzó el desciframiento? Fue Knorozov quien, después de
escribir su tésis sobre la Relacíon, comenzó a cuestionar qué
pretendía, precisamente, el abecedario. Señaló que esto no podía ser
realmente un alfabeto por varias razones. CLICK Primeramente, se
les dan los mismos valores a diferentes signos (por ejemplo, a tiene
tres formas, como ya hemos visto). Esto no es común entre alfabetos,
pero es un rasgo típico de los sistemas de escritura logosilábicos.
CLICK En segundo lugar, hay 78 signos diferentes en la Relacíon, y
cientos de signos diferentes en los códices mayas: demasiados para
un alfabeto, pero de nuevo típico de los sistemas de escritura
logosilábicos. CLICK Finalmente, algunos signos reciben una
consonante y una vocal (por ejemplo, ca, ka, cu, y ku), lo que sugiere
que pueden representar signos silábicos en lugar de signos alfabéticos.
Volviendo a las explicaciones proporcionadas de los glifos aquí encima
del abecedario (CLICK), Knorozov observó que éstas apoyaban su
visión de la estructura deste sistema.
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En las palabras del documento podemos leer que "le' quiere decir lazo
y cazar con el, y para escribir le' con sus caracteres aniendo les
nosotros hecho entender que son dos letras, lo escribian con tres,
poniendo a la aspiracion de la ele, la vocal e, que antes de si trae".
Aunque el español del siglo XVI no es completamente claro, Knorozov
observó que las palabras del fraile debían significar que pedía la
palabra le' al deletrearlo en español como ele-e-le. Obligantemente
(CLICK), el escribano le dio literalmente los signos silábicos e, le, e, le.
Esto no tiene ningún sentido en maya, pero tiene la virtúd de ser una
interpretación exacta de lo que se le pidió.
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En el segundo ejemplo, el fraile escribió "Ha', que quiere decir agua,
porque la hache tiene a ante de si, lo ponen ellos al principio con a y al
cabo desta manera". Así, una vez más, al preguntar por hache, a, ha',
el fraile aparentemente estimuló la producción de a, che, y ha (CLICK)
por parte de su informante.
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Recientemente, escribí sobre este procedimiento de elicitación confusa
en un artículo que recomiendo como la discusión más completa y
actualizada disponible hasta la fecha de los contenidos glíficos de la
Relacíon.
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Aquí, del artículo mencionado, exploro el proceso por el cual Landa
debe haber obtenido el abecedario de su informante. Incluye el nombre
de la letra romana, junto con la pronunciación de ese nombre en el
siglo 16, las glosas que se dan a los glifos en el manuscrito de la
Relacíon, y nuestra comprensión actual de los valores canónicos de
esos glifos. Es sorprendente que, de las 21 elicitaciones separadas, no
menos de 13 corresponden idénticamente. Es decir, el nombre de la
letra en español y el valor del glifo es idéntica. Para los nombres
españoles con dos sílabas, sin embargo, el escriba sólo dio la
segunda. Así, preguntado por hache, escribió che, pidió ele, escribió
le, y así sucesivamente.Yo especulé que, habiendo dado ya tres signos
diferentes para a, se resistió a dar otro para hache y en su lugar solo
dio che. Despues de haber dado e, también parece haber sentido que
no necesita incluir este signo en su respuestas a las solicitudes de ele,
eme, ene, ere y ese tampoco. También hay algunos ejemplos de los
problemas habituales de elicitación entre idiomas con fonologías
diferentes. Entonces, cuando el fraile pidió de, ere y ethe, cada uno
con sonidos que no existen en el idioma Yucateco, en cambio recibió
te, ye y xe. Bueno, esta lista es una recopilación útil de lo que
sabemos deste importante episodio de intercambio cultural, pero
también es productiva. Usando los patrones aqui expuestos, pude
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Volviendo a la exploración de Knorozov del texto de la Relacíon,
finalmente se nos da la oración completa, aunque corta. En las
palabras del fraile: "Mainkati quiere decir no quiero, y ellos lo escriben a
partes desta manera". Aunque cada elemento está glosado, ahora
reconocemos que los signos i y ne se combinan aqui para escribir el
pronombre in, que significa yo (CLICK). Es posible que nunca
sepamos por qué el escriba anónimo eligió escribir "yo no quiero" para
el fraile, pero hay una buena posibilidad de que se frustró por todo el
ejercicio. ... Tenga en cuenta que el cuarto signo aparece también en el
abecedario (CLICK), aunque simplemente glosado con consonante,
mientras que aquí está glosado como la sílaba k'a. Esta fue otra
buena evidencia de que Knorozov estaba en el camino correcto con su
hipótesis silábica. Pero aún necesitaba ser probado fuera de los datos
limitados en la Relacíon.
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Comenzó su trabajo con la observación de Léon de Rosny de que dos
signos en el Códice de Madrid deben significar "pavo". La primera fue
la sílaba ku de la Relación. Si el segundo fuera tzu, podrían
combinarse para formar la palabra kutz "pavo". ¿Hubo evidencia de
que este segundo signo fuera de hecho tzu?
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Sí, de hecho. De Rosny también había notado hace mucho tiempo que
dos señales aparecían regularmente con representaciones de perros
en el Códice de Dresde. El primero fue el tentativo tzu de Knorozov, el
segundo fue uno de los signos del manuscrito de la Relacíon para ele.
Juntos, ellos deletrearon tzul "perro".
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Knorozov también observó sus signos de lu y ku en un glifo que
durante mucho tiempo había sido reconocida como la número once en
uno de los almanaques del Códice de Dresde. En Maya yucateco, la
palabra para "once" era buluk, que termina exactamente con los
sonidos apropiados.
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Las productivas lecturas interconectadas de Knorozov, colocaron el
desciframiento de los glifos mayas sobre una base firme, y su
metodología durante este período productivo de los años cincuenta
sigue siendo la base de muchos de los procedimientos que aún siguen
los epigrafistas de hoy.
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Siguiendo estos procedimientos, y gracias a los frecuentes pares de
textos e imágenes producidos por escribas y artistas mayas, los
epigrafistas de hoy han llenado sustancialmente el antiguo silabario
maya. Ahora solo faltan siete signos (CLICK), tres de los cuales tienen
candidatos más o menos probables, pero aún esperan el consenso, así
como contextos adicionales para clarificar sus valores. Dado que cada
año nuestros colegas arqueológicos descubren textos nuevos, hay una
posibilidad razonablemente fuerte de que un desciframiento completo
esté a nuestro alcance. También hemos reconocido que algunos signos
incluidos durante mucho tiempo en los silabarios publicados se
entienden mejor como logogramas (CLICK) (es decir, signos de
palabras), aunque algunos de ellos sí se convierten en signos silábicos
durante los casi dos mil años de la existencia de la escritura maya.
Otro ejemplo excelente de los procesos gemelos e interconectados de
tradición y reelaboración en la historia de la escritura jeroglífica maya.
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Muchas gracias por su atención.
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